Quizas no haya dia que disfrute mas en el que das libertad a aquellos animales que han quedado de sementales del cebadero, pasados mas de seis meses desde su destete encerrados mirando a las cancillas que los cierran y sabiendo que solo hay una puerta. Ese momento en el invierno o comienzo de la primavera en el que les abres la puerta y ven la libertad eso no esta pagado. Saltan, girar, se arrascan, respingan pero parece que te agradecen que les hayas dado la libertad.
En los primeros momentos dan vueltas cortas, miran a la puerta pero vuelve atras, si estan abiertas entran y salen pero cada vez la vuelta es mas alejada, hasta que se da cuenta de que esta libre del todo. Los primeros dias volvera a esa puerta, pues alli ha vivido durante mucho tiempo, pero con el paso del tiempo cambia su rutina y hace que sus paseos son cada vez mas alejados, tiene mas libertad.
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